miércoles, 20 de enero de 2016

Orientación, Asesoramiento e Intervención Familiar



Mariló Muñoz González. Licenciada en Psicología Clínica y Master en Psicología Clínica y de la Salud en la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace más de una década he abordado diferentes ámbitos relacionados con la adolescencia y las familias. Siempre desde un marco basado en la promoción de buenos hábitos y la prevención de las drogodependencias. Pero la llegada de mi hijo hace tres años, será el motor fundamental que me lleve a emprender este viaje, durante el cual nace el Método Mapa: Un recorrido emocionante que nace desde el amor a la infancia, la maternidad/paternidad y en general a la educación. A la buena educación. 

El Método Mapa va dirigido a madres y padres y a todas aquellas personas que están recorriendo el apasionante y difícil trayecto de la educación.
Padres, Madres y educadores:

¿ Deseamos todos sin excepción recorrer EL MEJOR CAMINO hacía la educación?
¿ Pero es esto siempre posible?
¿ O nos encontramos con multitud de DUDAS, PREGUNTAS e incluso con SERIAS DIFICULTADES para construir ese CAMINO tan deseado?
Si trazamos un camino firme y seguro en la primera etapa, el viaje será más llevadero; por eso El Método Mapa ofrece, desde el minuto cero, la posibilidad de tomar parte activa en la educación. ¿Cómo? Partimos de tres premisas fundamentales:
·        El nacimiento de un hij@ se encuentra entre una de las situaciones vitales estresantes más importantes en la vida de una persona (Escala de Acontecimientos Vitales Estresantes. Holmes y Rahe.)
·        Es en los primeros años de vida donde se va a cimentar la autoestima, el estilo de afrontamiento y la regulación emocional  de los niñ@s, siendo los padres y madres los principales agentes de influencia y educación en esta primera etapa.
·        Autoestima e inteligencia emocional actúan como factores de protección ante problemas y trastornos psicológicos en la niñez y la adolescencia. Las investigaciones sobre inteligencia emocional relacionan la misma con un mejor ajuste psicológico, un mejor rendimiento académico y con un menor número de conductas disruptivas (Mayer, Salovey y Caruso, 2002).


 

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